Cada vez que vengo a la iglesia mi esposo me da una paliza.

Llegaba cada dos semanas a los cultos con su dos hijitos. Era una mujer callada pero muy consagrada al Señor; siempre se le miraba adorando en los servicios. Un día me contó su historia de maltratos.

Ana (nombre ficticio), llegaba no muy seguido a la iglesia; pero cuando llegaba ofrecía un culto esplendido al Señor. A pesar de cargar con dos niños pequeños, (uno de brazos) se las ingeniaba para estar atenta al mensaje.

Un día la llamé a la oficina para pedirle que se incorporara al servicio de la iglesia, para mí es importante dar la oportunidad a cada creyente de servir al Señor. Ella entró con sus dos niños y la verdad jamás pensé escuchar su historia.

– Pastor yo le agradezco el tomarme en cuenta para servir al Señor en la iglesia, pero la verdad a mí me da pena porque a veces vengo cada 2 o 3 semanas. – Comprendo, le dije, que es por la maternidad o por su trabajo.

En ese momento Ana se puso a llorar. Sus hijos la miraban. Yo no sabía la razón y me sentí incomodo pensando que la había ofendido. – Mire pastor yo le diré mi situación aunque me da mucha vergüenza. Cada vez que vengo a la iglesia mi marido me da una paliza. Es llegando a la casa me dice que yo voy a la iglesia a verme con el pastor o con algún marido que tengo.

Por más que le digo que no es así, él me golpea con su puños en la cara. Yo le suplico que no lo haga pero me patea el estómago, las piernas y me lanza contra la pared. Lo hace delante de mi hijos que comienzan a llorar. Después de dejarme tirada en el piso casi inconsciente se marcha para el campo y no llega sino en la noche.

En la noche abusa sexualmente de mí, yo no tengo fuerzas para rechazarlo porque me duele todo mi cuerpo. La razón por la que no vengo a la iglesia es porque me quedo en casa esperando que se sanen lo moretones en mi rostro. Mis manos y piernas las cubro con mi ropa pero la cara esta hinchada y morada.

No me importa que mi esposo me golpee así por amor a mi Señor, Jesús murió por mí en la cruz y yo estoy dispuesta a sufrir por él.

– Les confieso que comencé a llorar de furia. Sentí una gran indignación contra ese hombre tan despreciable. A una mujer no se le toca. Mucho menos si es tu esposa y madre de tus hijos. Ellas deben ser tratadas con delicadeza y honradas como hijas de Dios.

Hermana, no soporto lo que me dice, si usted me autoriza en este momento la llevaré a hacer la denuncia a la Fiscalía General de la República. Su marido debe ir preso y pagar por su delito. – ¡No pastor, no! Él es el padre de mis hijos, yo lo quiero, mejor ayúdeme a orar por él.

– La verdad pasé una semana luchando contra la tentación de denunciar a ese individuo mal llamado hombre. Pero decidí respetar la decisión de Ana. Me puse en oración y le pedí al juez justo de toda la tierra que le hiciera justicia a esta mujer.

Al cabo de un tiempo Ana llegó a la iglesia. Desde aquella ocasión no había regresado. Quizá por pena o porque su marido no la dejaba. Me comentó lo siguiente: – Pastor, yo le agradezco sus oraciones. Fíjese que mi esposo me siguió maltratando después de nuestra plática, al punto que ya no pude venir a la iglesia. Yo estuve orando y ayunando por él.

Hace unos días él se fue al campo a ver el partido. Hubo un pleito en el cual participó y a él lo mataron de varios balazos. No pude despedirme de él. – Guardé silencio. (Este hombre amaba la violencia y murió como producto de ella).

Pasados unos años Ana conoció a otro caballero. Éste era muy diferente. La valoraba y la amaba. Se la llevó a vivir a otra ciudad y no he vuelto a verla.

Estimado lector: la violencia intrafamiliar es algo muy común en nuestros países. Pero es algo que aunque sea común no debe ser tolerado. Insto a las mujeres maltratadas por sus cónyuges a interponer la denuncia ante las autoridades correspondientes.

Mujer, hay un hombre que jamás te hará daño, es caballeroso, especial, siempre estará contigo y te ayudará en los momentos difíciles, se llama JESUCRISTO.

Si eres una mujer que sufre violencia y quieres recibir a Jesús o necesitas oración puedes escribirme y con gusto oraremos por ti.

Dios te ampare.

Pastor Henry Cerna.

Publicado por Henry Cerna

Siervo de Jesucristo. Ganador de almas. Esposo. Padre de una bella hija. Recorro el mundo predicando el evangelio.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: