Eso de ser pastor da billete

En la actualidad a diferencia del pasado, muchos creen que ser pastor es no trabajar y enriquecerse de forma fácil. Piensan que es una forma cómoda de ganar mucho dinero y que no demanda más que engañar a las personas. Osmaro (Nombre ficticio) pensaba de esa manera. Creyó que ser pastor era cosa sencilla y que sobre todo, iba a ganar muchos dólares. Esta es su historia.

Osmaro fue despedido del lugar donde trabajaba por realizar negocios oscuros; por tranzar, como decimos en mi país. Era amante del dinero, pero del dinero fácil. Y estaba dispuesto a todo con tal de obtenerlo. El puesto que tenía en la institución era muy bueno. De hecho tenía una jefatura.

Alguien lo invitó un día a la iglesia y en su mente lejos de asimilar el mensaje del Señor se estaba fraguando un plan maquiavélico. Y parte de ese plan fue aceptar a Cristo. Con el tiempo se bautizó y se mostró muy interesado por el ministerio. Se congregaba regularmente. Quería estar cerca del pastor siempre y hacía muchas preguntas.

Con el paso del tiempo habló con un joven de la iglesia y le dijo varias cosas:
— Esto de ser pastor da billete.
— Yo me voy a meter a pastorear y pondré una iglesia porque veo que los pastores “se componen” bien rápido.
— Los hermanitos son bien sencillos y es fácil hacerlos ofrendar.
— Cuando tenga unos 300 hermanos me compraré una buena casa y voy a vivir al suave.
— Además, eso de ser pastor es bien fácil, solo de balde pasa uno.

Osmaro tenía las cosas claras en su mente, miraba el ministerio como una forma fácil de vivir. No tenía llamado, no tenía la aprobación del Señor y su corazón era perverso. La envidia corroía su ser y su ambición le estaba llevando a un camino peligroso ya que, a diferencia de cualquier empresa o negocio, en el evangelio está el Espíritu Santo al frente de la obra.

Osmaro estudió teología, era irreverente con los maestros y los acusaba de no saber nada, ya que él era universitario y engreído. Cuando se graduó pidió dar unas palabras frente a todos los asistentes. Y dijo que ahora ya estaba preparado para ser un pastor exitoso.

Comenzó a incitar a algunos hermanos de la iglesia para que se fueran con él a la nueva iglesia que iba a abrir. Habló con empresarios, amigos y familiares. Consiguió un local y se dispuso a entrar en el oficio sagrado. Cual comerciante que abre un negocio, Osmaro con su palabrerío pensó en contar con grandes multitudes de seguidores.

  • La sorpresa para este hombre fue que ni su familia lo siguió. Su enorme orgullo fue herido cruelmente. Su soberbia aplastada por la realidad, lo llevó a pelear tanto con su esposa que la golpeaba continuamente, hasta que ella lo abandonó junto a sus hijos.

Osmaro no recibió el apoyo de su familia, ni de sus amigos o empresarios. Tuvo que cerrar el local. Había perdido su familia y algo de dinero que invirtió. Se sentía frustrado, no entendía que había fallado en su plan perfecto. La verdad, quien no lo respaldó fue el Señor Jesucristo, dueño absoluto de la iglesia.

Osmaro estaba hundido en la tristeza. Comenzó a conseguir mujeres y a vivir una vida desenfrenada, se hizo político y también fracasó, puso una empresa y ésta quebró. Al punto que tuvo que volver a tranzar como antes; hasta que un día cometió un delito contra una mujer y ahora está pagando con creces su terrible error.

Estimados hermanos y amigos, si bien es cierto dentro de la viña del Señor hay malos obreros, fraudulentos y vividores, eso no quiere decir que todos los pastores son iguales. Yo he viajado por más de 20 años por el mundo y conozco muchísimos pastores, algunos de ellos viven mal y no pueden sacar adelante a su familia. Aun así sirven al Señor de todo corazón.

En el pastorado se sufre todo tipo de males, traiciones, críticas amargas, difamaciones, calumnias, falsedades, rebeliones, atacan a tu familia te acusan falsamente. Hay desvelos, estrés excesivo, ayunos, temores, amenazas y la gran preocupación por la iglesia. Con todo eso y más, seguimos sirviendo a Cristo con amor.

El ministerio del Señor ya sea pastoral, evangelista, misionero o cualquier otro cargo; no debe ser visto como un modo de vida. Es un llamado divino y una vocación santa que recibimos de Dios. Obedecemos su llamado y lo tratamos de cumplir con fidelidad porque un día nos presentaremos ante el tribunal de Cristo.

No olvidemos que si no eres llamado a esto y entras por dinero, por placer o por fama, serás destruido por el Señor tarde o temprano y darás un mal testimonio para la causa de Cristo. Dios no te lo perdonará en aquel día donde todos daremos cuenta.

Si eres un siervo o sierva del Señor y estas sirviendo en tu iglesia; te animo a hacerlo con amor, gratitud y fidelidad a Cristo. De él viene nuestra recompensa y tendrá cuidado de nosotros. Ganemos almas y digamos a este mundo que la esperanza que necesita se llama: Jesucristo.

Si estas desanimado con el ministerio o le has fallado al Señor, escríbeme en privado al WhatsApp o a Telegram para orar por ti. Dios te siga bendiciendo.

Pastor Henry Cerna.

Telegram @henrycernaorg

infohenrycerna@gmail.com

Si deseas leer más artículos como éste, dale clic a Mi Blog.

Publicado por Henry Cerna

Siervo de Jesucristo. Ganador de almas. Esposo. Padre de una bella hija. Recorro el mundo predicando el evangelio.

2 comentarios sobre “Eso de ser pastor da billete

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: