Jesucristo es Dios hecho hombre; habitó entre nosotros y nos mostró cómo es Dios en realidad. Él ya existía antes de la creación del mundo.
Por amor a la humanidad dejó toda su gloria y se hizo hombre, habitando entre nosotros para guiarnos hacia Dios.
Jesús es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, es el camino y la verdad y la vida. Solo por medio de él podemos entrar al cielo que Dios ha preparado para sus hijos. Jesús es nuestro mediador. Solamente en él podemos recibir perdón de pecados y esperanza de vida eterna.
Jesucristo murió en una cruz por nuestros pecados, resucitó al tercer día y ascendió al cielo para sentarse a la diestra de Dios, desde donde intercede por nosotros todos los días.
Por medio de Jesús, millones de personas en todo el mundo hemos encontrado esperanza, gozo, salvación y un cambio de vida permanente. Él nos ha librado de nuestros pecados, vicios, malos hábitos y errores.
Como hombre, fue tentado en todo, pero sin pecado. Por lo tanto puede comprender nuestra condición humana y ayudarnos en todo. No nos juzga, por el contrario, nos perdona por su gran amor y bondad.
Si estás dispuesto a tener una nueva vida y dejar todo atrás, es a Jesús a quién necesitas. Ábrele tu corazón hoy mismo y hazlo tu Señor.
Haz esta oración en voz alta y con mucha sinceridad.
“Señor Jesús, te necesito. Me arrepiento de todos mis pecados y te pido perdón. Lávame con tu sangre. Voluntariamente confieso que tú eres mi Señor y Salvador.
Dame una nueva vida y lléname con el Espíritu Santo. Ayúdame a vivir para ti. Muchas gracias por tu perdón y salvación. Amén”
Escríbenos: